En la vida hay dos tipos de personas, las que aparecen y permanecen en tu vida para siempre aunque sea de manera intermitente y las que de manera fugaz o temporal y dejando su labor hecha desaparecen de tu vida casi sin darnos cuenta.
El otro día hablaba con una amiga precisamente de este tema, de los tipos de personas que uno se encuentra en la vida, es curioso que personas que resultan determinantes en momentos puntuales de tu vida desaparezcan de repente, como si el destino nos tuviera encargado una serie de acciones a cada uno de nosotros.
En algunas de estas ocasiones, es dificil de digerir que una persona que tanto ha hecho por nosotros o por la que tanto hemos hecho , desaparezca de nuestra vida sin más, como algo tan sumamente efímero, que te deja frío y sorprendido ante esa caprichosa y «manipuladora» obra del destino.
Aún así, debemos ser conscientes de que aquello que nos ha aportado esa persona en aquél preciso momento era necesario por alguna razón para nuestra propia evolución.
Por otro lado están las personas que siempre están o permanecen de manera intermitente, entre las que se encuentra la familia y amigos, ellos suelen ser el núcleo central de nuestra vida.
Es curioso, ya no mantengo contacto con la amiga con la que tuve aquella conversación.